Día Primero (Lunes)
Todos emocionados, nos despertamos a las 6:30 de la mañana en el Monasterio del Escorial porque nos íbamos a Panamá. Parecía mentira, pero algunos todavía no nos lo creíamos.
Llegamos al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas y a las 12:00h salía el avión con destino a tierras latinas.
Cuando ya llegamos allí eran las 3:00h de la tarde, dado que allí son 7 horas menos con respecto a España. Habían dos mini autobuses esperándonos junto con el Gran Ricardo Gago que inmediatamente nos dirigieron al hotel Continental, situado en la Via España, fue el elegido para que nosotros disfrutásemos de nuestra estancia.
Dado el duro día que habíamos tenido, la tarde no dio para mucho, descansamos y al poco tiempo bajamos a cenar para estar en la cama lo antes posible.
Día Segundo (Martes)
Nos levantamos pronto para ir a ensayar a algunos de los sitios en los que teníamos que ofrecer conciertos y misas. Visitamos también el centro urbano que nos pareció muy bonito y bastante distinto a lo que nosotros estamos acostrumbados en Madrid, casas relativamente nuevas, muy reformadas,etc.
Día tercero (Miércoles)
Por la mañana empezamos el día con una visita a uno de los mejores sitios de Panamá, el casi impronunciable “Panamá Viejo”. Cogimos un tren turístico que nos hizo un pequeño recorrido por las ruinas, el cual llevó a la torre. En el camino podíamos ver naturaleza y ruinas sagradas que murmuraban frases como plegarias, y se podían oír suspiros leves llenos de amor.
Comimos y por la tarde teníamos uno de los conciertos más importantes que ofrecer en Panamá. Este se realizó en el auditorio del colegio San Agustín. Estaba prácticamente lleno, y el dinero recaudado sería destinado para la construcción de un órgano en la catedral de Panamá. Salió estupendamente, y toda la gente quedó más que satisfecha.
Día cuarto (Jueves)
Desayunamos y después tuvimos un ratito de piscina en el hotel seguido de un ensayo para el concierto que tuvimos por la tarde en la Iglesia a de la Merced (San Felipe) que iba acompañado con el magnífico órgano que allí se encuentra.
Después de cosechar otro éxito, nos invitaron a un helado, pero no era un helado cualquiera. Por lo visto se trataba de una paletería que tan solo tenía franquicias en Panamá y México. DELICOSOS.
Día Quinto (Viernes)
Ese día, fue un poco más tranquilo. Nos llevaron a lo que allí se conoce como Mall, un centro comercial enorme en el que tuvimos tiempo de realizar nuestras compras. La tarde, la dedicamos a cantar en una misa que se celebraba en la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles (Betania), en la que la gente supo valorar mucho el esfuerzo que hemos hecho a finales de este curso.
Día Sexto (Sábado)
Ese era un día muy especial, no sólo para nosotros por cantar en una misa delante del presidente de Panamá, más especial era el día para los panameños, porque se celebraba la misa por la inauguración de las nuevas exclusas del canal en la iglesia de San Francisco de Asís. Fue una misa muy alegre en la que tuvimos la ocasión de cantar el himno de Panamá, que prácticamente ya nos lo sabemos mejor que el de nuestro país.
Día Séptimo (Domingo)
Vaya un día que nos esperaba…. Para empezar tuvimos que madrugar, a las 6:30 ya estábamos todos en pie porque en teoría teníamos que cantar una misa que luego sería televisada, pero por otros motivos no se llegó a televisar.
Después de eso nos llevaron de vuelta al hotel donde nos bañamos hasta la hora de la comida. La verdad es que los baños allí se agradecen, porque con las altas temperaturas, y para colmo la humedad la sensación del cuerpo es bastante incómoda.
Como todos los días, tuvimos un rato de siesta para descansar, porque ese día teníamos actuación por partida doble, debido a que por la tarde nos esperaban en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.
Después de terminar la Eucaristía, venía siendo costumbre que ofreciésemos un pequeño recital a las personas que habían acudido a la celebración y como siempre, nuestro hit “la cucaracha” hizo que se levantasen risas entre el público, y para contentarles finalmente, cantamos el emotivo bolero “Panamá Viejo”.
Día Octavo (Lunes)
Este día si que lo pasamos en grande. Teníamos nuestro concierto en Colón, por lo que aprovechamos todo el día para visitar la zona Este del País.
Por la mañana nos levaron a las nuevas esclusas de Gatún, en la zona del Atlántico, un complejo verdaderamente asombroso en el que por desgracia no tuvimos la suerte de ver un barco cruzar.
Después de esta experiencia nos llevaron a comer al hotel Melia, en el que nos sirvieron estupendamente, pero eso no fue lo mejor del hotel. El hotel comunicaba con el lago Gatún, el cual dejaba unas vistas asombrosas. Dado que estábamos en un lugar en el que la vegetación abunda, descubrimos un árbol que tenía unas lianas, y obviamente, no hubo escolano que no se perdiese la experiencia de sentir la sensación de Tarzán.
Ya por la tarde fuimos a Colón ciudad para realizar nuestro concierto en la Catedral. El resultado fue inmejorable. El público se volcó con nosotros, dejándonos más que satisfechos con sus aplausos y con su apoyo. Como anécdota he de decir que no se si era por la ilusión, o por los aplausos pero hacía tanto calor en la catedral que nuestras caras parecían pequeños lagos.
Día Noveno (Martes)
Este día fue único, inolvidable. El horario matutino fue parecido al resto de los días, pero por la tarde teníamos una de las últimas intervenciones.
La iglesia se situaba en el barrio de San Miguelito, una zona muy humilde en la que viven unas 800.000 personas. Para ese día, la eucaristía no iba a ser como veníamos acostumbrados nosotros, sino que fue cantada por un grupo afro, y claro, eso era completamente nuevo para nosotros. Bailes que parecían rituales, cánticos, etc, todo un espectáculo.
Después de la Eucaristía intervenimos nosotros con un pequeño recital, y a continuación, un grupo de jóvenes nos deleitó con folklore panameño.
Día Décimo (Miércoles)
Todos deseamos que llegase ese día. Por si fuese poco el habernos llevado a Panamá durante más de 10 días, el Presidente tuvo la gentileza de invitarnos a comer a la casa Presidencial, todo un detalle por su parte.
Llegamos al Palacio de las Garzas sobre las 12 de la mañana, y tras una pequeña visita y explicación sobre qué era ese palacio nos dispusimos para comer en un enorme salón. Exquisito. Es la única palabra que encuentro para describir la comida que nos sirvieron tan amablemente.
Después de la comida, volvimos al hotel donde nos preparamos para la última actuación.
Llegó la noche y nos dirigimos a las islas de Atlapa, donde se celebró la 46º cena del Pan y el Vino.
Ese fue el último día de la Escolanía como grupo en Panamá, dado que al día siguiente buena parte de los pequeños partían hacia España.
No obstante, tuvimos tiempo para agradecer a Ricardo todo lo que había hecho por nosotros.
Día Undécimo (Jueves)
Aquí ya nos dividimos en dos grupos. Los más pequeños iban a disfrutar de la mañana en unas bonitas playas, invitados por el presidente de nuevo, para luego poder marchar a España.
El otro grupo que nos quedamos tuvimos la oportunidad de visitar la paradisiaca isla de Taboga, en el Océano Pacífico. Allí comimos corvina, mango, nos bañamos en la playa, todo un lujo. Por la tarde mientras nos tomábamos un helado, echamos una pachanga a unos chicos en la playa y el resultado final fue… bueno dejémoslo aparte.
A la vuelta en barco cruzamos una tormenta eléctrica, con unos rayos…. Estrepitantes. Cuando llegamos al hotel, teníamos la idea de hacer alguna actividad, salir a tomar algo o dar un paseo, pero estábamos tan cansados que decidimos reposar.
Día Duodécimo (Viernes)
Este sí que sí. Nuestra estancia en Panamá estaba llegando a su fin así que aprovechamos la mañana para realizar las últimas compras y recuerdos para las familias.
A las 5 partimos hacia España, y después de 10 horas de viaje nuestras familias nos esperaban a la salida del aeropuerto.
Queremos agradecer su colaboración a todas las personas que han participado en nuestro de viaje, de forma directa o indirecta y han hecho que este haya sido una experiencia inolvidable. En especial queremos dar las gracias a Ricardo Gago por su paciencia y disponibilidad a toda la Escolanía; al Presidente de la República D. Juan Carlos Varela por su invitación y todo su trato dentro del país; a todos los sacerdotes de todas las parroquias por su amabilidad; como olvidarnos de Mons. José Domingo Ulloa, el cual desde el primer concierto estuvo presente en casi todas las actuaciones y de Mons. Manuel Ochogavía por dedicarnos todo un día.
Ha sido una experiencia inolvidable para todos escolanos, educadores, directores que esperamos repetir pronto.